Tradicionalmente la importancia o el reconocimiento que se le otorgaba a las personas/líderes políticos/periodistas en general eran determinados por el cargo que ocupaban y el lugar geográfico o físico en que el que se encontraban. Sin embargo, desde hace al menos quince años hay dos factores que intervienen en la preponderancia que los grupos sociales le dan a las personalidades: las conexiones y las relaciones estratégicas.
La cultura digital ha reconfigurado la manera en que vemos el poder puesto que ahora es bastante verosímil entender que las interacciones y la vida en lo online han permitido que una figura pequeña, ágil y nueva pueda ganarle a entes grandes, pesados y clásicamente vistos como invencibles.
Internet ha reconfigurado la manera de pensar de las sociedades y ha hecho que el mensaje político compita en igualdad de condiciones con blogs, fotos de celebridades, contenidos virales de entretenimiento hasta inclusive con asociaciones civiles o de participación ciudadana que no se sienten representadas por los políticos.
Es en este punto en donde un líder político, para que pueda comunicar efectivamente, tiene que también reconfigurar sus modos de comunicar, de manera contundente, que llegue directo y que sobresalga. Adaptarse a las ya no tan nuevas maneras de consumo de información es el reto actual y obligado de la política que debe resolver los problemas de la realidad de sus ciudadanos a través de la creación de nuevas soluciones de una manera diferente, y gran parte de esa adaptación comunicacional responde a un cambio de lógica interacción: la horizontalidad.
Capacidad de construir redes
La comunicación de un político tiene que partir de la escucha. De entender el contexto, de saber qué necesitan o qué es lo que buscan sus electores. Qué se ha hecho anteriormente y a qué darle continuidad o qué cambiar. Toda esta información permitirá el diseño de una estrategia comunicacional que genere una vinculación emocional con su público ya que se enfocará en aquello que es considerado importante y cercano para ellos.
El político debe entender que “comunicar” dista mucho de “informar” y la diferencia radica en la voluntad de implicar al momento de cambiar algo. Los ciudadanos cada vez son más exigentes, cada vez hay más accesos a la información por diferentes medios. Vivimos en un mundo multi – multimedia, multi-pantalla, multi-dimensionalidad, multi-plataformas, multi-audiencias. El político debe saber qué medios utilizan y cómo acercárseles, para implicarlos, para generar redes, para colaborar en pro del bien común.
Y debe hacerlo en tiempo real, no puede hacerlo de la manera en que se concebía el tiempo tradicionalmente. El político tiene ahora la responsabilidad de responder: “la respuesta no estaba antes en el ADN del poder” dijo en una conferencia Antoni Gutiérrez-Rubí, y ahora para que se le tome en cuenta debe crear espacios comunes, y esto se está haciendo cada vez más posible con las tecnologías de la información. Sin dejar de lado el contacto directo con las personas, Internet se ha convertido en un medio muy útil para saber qué los motiva, qué les gusta y a través de qué medios les gustaría participar e involucrarse, y es para esto que el microtrageting cobra importancia.
Estos electores, que ya no son sólo una persona que recibe información sino que se ha convertido en prosumer –productor y consumidor de contenidos- se caracterizan por ser más exigentes y esa exigencia hace que se impliquen como ciudadanos interesados en ayudar o que se desapeguen por insatisfechos y se vayan a otra opción que sí cumpla sus exigencias.
Palabras del futuro: Colaboración y creatividad
A nivel global estamos en una época de transición que ha venido dándose por est reconfiguración del panorama causada por la tecnología, poniendo en evidencia que las formas antiguas de hacer política, deben quedar donde están: en el pasado.
Hoy en día los ciudadanos lo que esperan de un político es que le inspiren futuro, que los motiven, que los inviten, que dialoguen todos en conjunto para hacer un plan de gobierno, para hacer ciudad o país entre todos de manera colaborativa y con propuestas creativas.
La gente quiere ser consultada, quiere ser tomada en cuenta y por eso, la idea es sorprender a los ciudadanos con una comunicación que los implique, que los empodere y que, desde la ética pública, se puedan llevar a cabo ideas que estén out of the box. La creatividad desde la pluralidad es una forma de construir una comunicación y un gobierno horizontal, abierto a las aportaciones de todos para juntos construir un país/ciudad/municipio/ moderno, actualizado, interactivo, correlacionado desde la innovación y la diversidad.
Johanna Marghella para At Contra
Johanna es periodista con máster en Social Media y Comunicación Política. Se ha desempeñado en el área de comunicaciones digitales con líderes políticos y ha trabajado en diversas campañas electorales, tanto locales como presidenciales, en Venezuela así como también en campañas de concienciación ciudadana y de invitación al voto.
(Fuente de imagen Meollo Criollo – Homo Chatiens)
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